¡Precio rebajado! Pablo VI y España. Fidelidad, renovación y crisis (1963-1978) Ver más grande

Pablo VI y España. Fidelidad, renovación y crisis (1963-1978)

Vicente CÁRCEL ORTÍ

MA0058

Maior

1112

 1-1 cartoné (1997)

978-84-7914-324-4

Historia y hagiografía

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Este libro analiza y documenta la profunda renovación eclesial que Pablo VI (1963-1978) imprimió a la Iglesia en España y los frecuentes y graves conflictos político-religiosos que alteraron la vida nacional. Se perciben en este Papa las fuertes tensiones de muchos obispos, sacerdotes y seglares debidas a una doble fidelidad; por una parte a la Iglesia, que se renovaba tras el Vaticano II, y cuya renovación querían la mayoría de ellos con espíritu sincero; y, por otra, la fidelidad al Régimen y, sobre todo, la gratitud personal a Franco por cuanto había hecho en favor de la Iglesia.

El mensaje conciliar sobre la independencia de la Iglesia del poder temporal provocó tensiones crispadas entre ambos, pues no era posible mantener por más tiempo la simbiosis que se había dado desde que acabó la guerra civil. Y aunque en los ámbitos gubernamentales había personas sinceramente dispuestas a colaborar en la renovación eclesial, muy pronto quedaron aisladas, porque el Régimen se opuso a las aperturas que consideraba peligrosas para su propia supervivencia.

Lo mismo ocurrió en el ámbito intraeclesial, donde los que se oponían al Vaticano II quedaron reducidos a una minoría «integrista», con escaso influjo social —aunque con gran apoyo oficial—, a la que hicieron de contrapeso los «progresitas», los cuales, persiguiendo objetivos políticos amparados en los privilegios concordatarios, y abusando de ellos, provocaron graves tensiones con la Jerarquía.

Desde 1965 la Iglesia fue distanciándose del Régimen y tuvo que moverse entre estos dos fuegos, resultando un camino muy difícil, pues era prácticamente imposible mantener la doble fidelidad: al Régimen y al Vaticano II.

Pablo VI tuvo una actitud muy clara y coherente: distinguir entre el Régimen político y el pueblo español, al que siempre dio muestras de admiración y amor. Y, por lo que a la Iglesia se refiere, promovió una intensa renovación eclesial, que los obispos trataron de ejecutar con fidelidad absoluta al Vicario de Cristo, aunque no pudieron evitar la aguda crisis entre clero y laicado, común, por otra parte, a la que se estaba dando en otro países, pero que en España tuvo manifestaciones peculiares y consecuencias negativas para la vida cristiana, las vocaciones y los movimientos apostólicos.

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